
Es el pulso de mi niñez el que me mantiene con vida,
El que me aparta de los falsos profetas.
Porque en mi alma descansan los sueños del guerrero,
Y sin embargo para el que tiene miedo,
mi alma es un espejo.
Y al mirarme de cerca,los cobardes ven su verdadero rostro.
Y salen despavoridos, como si no pudieran soportar la verdad,
y mi alma fuera una guerra devastadora.
Y yo sólo enhebro las fauces del destino.
Pero no puedo romperlas.
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